viernes, 20 de mayo de 2011

María Isabel Ortiz Acosta
C.I. 3.665.289


EL DOCENTE COMO MEDIADOR DEL APRENDIZAJE

            Mucho se ha dicho sobre el rol del docente en el salón de clases, el cual incluye una gran variedad de responsabilidades: son tanto amigos como doctores y padres para todos los alumnos bajo su cuidado, no solo durante las horas de clases sino también fuera de las mismas – todo esto al mismo tiempo que enseñan, aclaran dudas, y evalúan. La habilidad de un docente para balancear estas responsabilidades será la que defina su aptitud para el trabajo que ha elegido.

            Parte de los docentes preferirán sacrificar el aspecto personal a favor del profesional, limitando el contacto con los alumnos al horario de clases, haciendo énfasis en la responsabilidad académica. Este acercamiento puede, entonces, resultar en mejores resultados académicos que otras: trabajos entregados a tiempo y tareas siempre hechas, pero a costo del interés personal de los estudiantes. Las horas de clases se harán largas y monótonas, lo cual disminuye el interés de los estudiantes y convierte el proceso de aprendizaje en uno semi-forzado.

            Quizás por experiencia, entonces, otros docentes intentaran hacer lo contrario, haciendo énfasis en el trato personal a los alumnos; el resultado de ello será un ambiente de clases más relajado, en el que los estudiantes se sentirán mas cómodos y las horas de clases pasaran con más velocidad. Este acercamiento, sin embargo, viene con sus propios riesgos: para que la actitud relajada de los estudiantes no se extienda a sus resultados académicos, el docente deberá ser capaz de demostrar el mismo interés en los alumnos que en la materia que enseña.

            Así, entonces, nos encontramos con la clave para un balance apropiado en lo que se refiere a las responsabilidades de un docente: el interés. Sin importar su profesión, si una persona no está honestamente interesada en sus responsabilidades y todos los aspectos de las mismas, jamás hará uso de todas sus habilidades en pro del mejor resultado. En el caso del docente, una falta de interés en cualquier aspecto de su profesión siempre será notada por sus estudiantes, y finalmente se reflejara en el desempeño académico de los mismos.

            Un docente cuyo conocimiento de una materia se limite al contenido de un libro no conseguirá el respeto de sus estudiantes, pues la diferencia entre sus conocimientos puede medirse en páginas; Lo mismo sucederá con un docente que demuestre más interés en su materia que en sus estudiantes. El encontrar un balance entre ambos aspectos de la profesión es posible, si bien no siempre fácil dada la dedicación que ello requiere.

            Esto se puede lograr, en un principio, interesándose con honestidad en los temas requeridos por el currículo: adentrarse en el tema más allá de lo requerido por la institución académica, hasta que se convierte en un conocimiento casi natural. Una vez lograda esa familiarización, el aspecto personal del trabajo del docente se hace uno más fácil de tratar. Más importante aún, los resultados se verán reflejados en el rendimiento escolar de los estudiantes, pues el interés personal por una materia siempre será proporcional al respeto que se le tenga al docente que la enseña.

            Se puede entonces decir que el tipo de relación que un docente cree con un estudiante siempre se verá reflejada en el desempeño académico del mismo: un docente que conozca a fondo la materia que enseña siempre será respetado, y uno que inspire confianza personal siempre será apreciado. Sin embargo, solo el que combine ambas características lograra que sus estudiantes realmente aprendan.

7 comentarios:

  1. exelente ensayo sra mabel, entonces usted es partidaria de que un verdadero profesor es a aquel que se da a conocer como persona y no como un "profesinal frio" obviamente eso ayudara mucho al alumnado para alcanzar sus objetivos y como prof alcanzar ser un verdadedor MEDIADOR =D

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  2. Me parece bastante interesante el punto focal de tu ensayo referente al interes no solo del participante sino el que refleja el docente.es muy válida tu observación, eso que mencionas relacionado con las largas jornadas de clases y la perdida del interés ya es conocido dentro de la instrucción a eso se debe las horas de 45 minutos y no de 60, a nosotros mismos nos pasa eso los sábados, despues de largas jornadas es casi imposible tener el mismo interés por más esfuerzo que hagamos. Así como muy válido el punto del docente y su interés por impartir el aprendizaje y interes referente a la empatía con el alumno.

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  3. Estoy de acuerdo contigo Mabel el docente debe tener interés para sentirse motivado y comprometido y así transmitir ese misma motivación a los alumnos y aprovechar mejor todos los recursos y momentos educativos. eso es parte del rol que cumple el docente como mediador.

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  4. que ideas tan novedosas!! que permiten reflexionar y entender que el papel del docente juega un papel determinante y fundamental par el futuro de la sociedad, porque de un buen docente sale un buen estudiante cuando la enseñanza impartida le permite innovar!!

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  5. Un buen maestro es aquel que se imbolugra profesionalmente y muestra su humilda, te felicito por el aporte. L.R.

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  6. Encuentro tu planteamiento muy interezante y humanista por que te intereza que la interacción entre facilitador y alumnado alcance un equilibrio entre el respeto que infunde el conocer a fondo un tema o catedra específica, y la confianza, cariño y buen sentimiento que surge de un acercamiento humano sincero.
    Richard Wilhelm.

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  7. Coincido en su planteamiento de que la relaciòn-docente alumno debe ir màs alla de la transmisiòn de conocmiento, el docente debe acercarse a sus alumnos y crear un clima de confianza donde su papel de mediador sea efectivo

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