miércoles, 25 de mayo de 2011

Del transmisor de información al mediador del aprendizaje. Reflexiones sobre la labor actual del Docente

Realizado por: Joanna Falcón Chang

Existen oficios que se transforman con el tiempo pues están íntimamente ligados a las necesidades de una sociedad. La labor de enseñar es una de las más exigidas en ese sentido, pues de ella depende no sólo la reproducción de los patrones culturalmente aceptados sino también su avance. De ahí que siempre esté en el ojo del huracán reflejando los conflictos que la sociedad enfrenta.

Si tomamos como punto de partida a la sociedad, encontraremos que el pensamiento moderno se consideraba científico, cuando en realidad era materialista y naturalista; pues intentaba disolver “la individualidad de los fenómenos observados en leyes generales”. (Touraine, 2006, p. 251) Esto se hacía tangible en el orden social a través de la educación, la cual tenía como tarea convertir a las personas “en hombres y mujeres capaces de desempeñar sus papeles de conformidad con las reglas que parezcan más favorables a la creación de una sociedad razonable y bien equilibrada”. (p.251)

Es así que la educación era entendida como el proceso de socialización que transforma a las personas en ciudadanos razonables y perfectamente adaptados al sistema; formados dentro de una escuela disciplinaria, cargada de restricciones y coacciones. De modo que el docente era sólo un transmisor de conocimiento, colocándose entre éste y el estudiante.

Afortunadamente, el pensamiento crítico es inherente al hombre  por lo que esa racionalidad instrumental que segmentaba y uniformaba se ha ido agotando para dar paso a un proceso donde el sujeto se convierte en el centro. Es entonces, cuando el fenómeno educativo deja de nutrirse sólo de teorías psicológicas del aprendizaje e incorpora las influencias culturales en el desarrollo del individuo y en los procesos educativos y socializadores.

Una de las corrientes que surgen es la constructivista, la cual ha tenido variadas líneas de pensamiento; ya que algunos se concentran en el estudio  del funcionamiento y el contenido de la mente de los individuos (el constructivismo psicogenético de Piaget). Mientras que otros se interesan en el desarrollo de dominios de origen social (Vigotsky y la escuela sociocultural o sociohistórica) Finalmente, Díaz-Barriga y Hernández Rojas (2002) describen un tercer grupo para el cual “ambos aspectos son indisociables y perfectamente conciliables”. (p. 25)

El constructivismo replantea el proceso de aprendizaje y de enseñanza al colocar el desarrollo psicológico del individuo  en interacción con los aprendizajes escolares. Además de identificar y hacer énfasis en la diversidad de intereses, necesidades y motivaciones de los alumnos en relación a este proceso. Lo cual permite orientar los contenidos curriculares hacia contenidos significativos.

Es por ello que el docente se convierte en un mediador entre el alumno o aprendiz y su cultura. “la función central del docente consiste en orientar y guiar la actividad mental constructiva de sus alumnos, a quienes proporcionará una ayuda pedagógica ajustada a su competencia”. (Díaz-Barriga y Hernández Rojas, 2002, p. 6) Esta relación se establece desde su nivel cultural y la significación que le asigne al currículum en general y al conocimiento que transmite en particular. 

Se espera que el maestro sea un colaborador en la construcción de aprendizajes significativos, por lo que debe impulsar la investigación, la reflexión y la búsqueda o indagación. Acá, pierde importancia transmitir contenidos y adquiere relevancia el enseñar a pensar, también llamado aprender a aprender o desarrollar competencias para actuar sobre contenidos significativos y contextualizados. (Díaz-Barriga y Hernández Rojas, 2002)

Sin embargo, a pesar de que la sociedad enfrentar esta necesidad de apropiación del conocimiento por parte del alumno y del profesor; romper el molde educativo conductista es el reto, es el imperativo categórico. Ya que la definición de la práctica docente va a depender de la opción teórica y pedagógica  que considere y la visión filosófica de los valores y fines de la educación con los que asuma su compromiso educativo.  También estará influenciada por la trayectoria de vida del profesor, su contexto socioeducativo, el proyecto curricular en el que se ubique, las opciones pedagógicas que conozca o le exijan y las condiciones de la institución escolar.

Si nuestra vida académica ha estado marcada por una visión pasiva del alumno, donde el 20 es para el autor del texto, 19 para el docente y de 17 hacia abajo de los alumnos; se convierte realmente en un proceso conflictivo  generar un cambio donde el docente deja de tener control del conocimiento y el alumno se hace responsable de su propio proceso de aprendizaje como sujeto activo que manipula, explora, descubre o inventa.

Esto también es un reto al momento de formar formadores pues exige reconocer que la función del docente es articular los procesos de construcción del alumno con el saber colectivo culturalmente organizado. (Díaz-Barriga y Hernández Rojas, 2002) Incluso en maestros que se colocan la etiqueta de mediadores o facilitadores del aprendizaje se encuentran resistencias ante el conocimiento divergente y problematizador o limitaciones en la entrega de elementos de análisis, bien sea por poco escaso acercamiento a la bibliografía o porque se piense que mediar significa no establecer ningún parámetro.

A esto hay que añadirle una problemática que no es menor, la masificación de la educación, elemento que se agudiza aún más en la educación universitaria. Difícilmente un docente pueda plantearse generar conocimiento significativo en un aula con más de 40 alumnos, en el cual tiene que realizar un diagnóstico de los conocimientos previos de cada alumno para luego diferenciarlos y colocarlos en conflicto para ampliar su concepción. Esto exige un diálogo entre el docente y el alumno para un aprendizaje práctico reflexivo.

En definitiva, la calidad del aprendizaje depende de las habilidades del docente para detectar y adaptar su práctica a las necesidades cambiantes del alumno. Para el constructivismo, el alumno intenta construir y verificar los significados de lo que ve y oye, a través de la imitación reflexiva, que proviene del modelado del maestro. Entonces la formación docente tiene que ser el resultado de la reflexión crítica de su rol y del análisis del contenido disciplinar, en el marco del proyecto curricular y educativo. Lo que comprende no sólo los conceptos, principios y explicaciones (saber), procedimientos (saber hacer); sino también las normas, valores y actitudes (saber actitudinal). Así como la adquisición de estrategias docentes pertinentes. (Díaz-Barriga y Hernández Rojas, 2002)

El camino es complejo y exigente para el docente, por lo que se requiere de un profundo compromiso ético y profesional al decidir dar clases. De ello depende el avance de una sociedad y su capacidad de generar conocimiento sobre sí misma.



Referencias Bibliográficas
Diaz Barriga, Frida y Hernández Rojas, Gerardo. (2002) Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretación constructivista. 2da. Ed. México: McGraw-Hill.
Ramirez Olano, Ronald. Significado de la palabra profesor. 10 de marzo 2007. En: http://educador_13.espacioblog.com/post/2007/03/10/significado-la-palabra-profesor.
Touraine, Alain. (2006) Critica de la modernidad. 2da. Reimp. de la 2 Ed. México: FCE.

3 comentarios:

  1. Buen ensayo, toca un punto de gran importancia para mí como lo es: la masificación de la educación, que se ve tanto en la educación inicial, como en la secundaria y por ende en la universitaria. Y peor aun particularmente no veo que tenga solución a corto plazo. Recuerdo que cuando fui a buscarle cupo a mi hija, hace 10 años en primer grado, me recomendaron un colegio religioso, y cuando fui a buscar información y pregunte de cuanto era la matricula por salón, la respuesta fue de 40 niños. Y mi pregunta fue ¿Cómo puede trabajar la maestra con 40 niños? Partiendo del punto de que cada niño tiene una realidad diferente, con necesidades e inquietudes distintas. Además, recuerdo que una de las condiciones que me exigían era que la niña no supiera leer, cosa que me impresiono más que lo primero. Realmente necesitamos un cambio.

    Mayanin Matos
    C.I. 7.956.985

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  2. yuly toledo excelente el ensayo estoy de acuerdo en que la calidad del aprendizaje depende de las habilidades del docente para detectar y adaptar su práctica a las necesidades cambiantes del alumno es por eso que es muy importante ser estratégico, reflexivo compresivos...para ayudar, transformar, diseñar y enseñar actividades, conocimientos, y experiencias formativas a través del proceso de enseñanza aprendizaje y lograr nuestro objetivo como formadores de formar buenos profesionales y buenos ciudadanos ..

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  3. Muy completo e interesante tu ensayo Joanna, Especialmente comparto tu planteamiento de que el docente debe incentivar a los estudiantes a investigar, indagar, enseñarles a pensar, ésta es una excelente estrategia para que produzcan conocimientos enriqueciendo su proceso de aprendizaje.
    Saludos

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